El Megxit o cómo una plebeya «secuestra» a un príncipe

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Durante el fin de semana, la Reina Isabel II de Inglaterra, dio por fin el visto bueno para que Harry y Meghan Markle sean financieramente independientes.

Luego Harry dio un discurso en el que indirectamente culpó a la prensa del Reino Unido de su decisión, destacando que no abandona como tal sus deberes ya que siempre querrá a su país; sin embargo, el escrutinio al que se han visto sometidos, tanto él como su pareja, fue lo que los obligó a decidirse por dar un paso atrás en sus obligaciones reales.

Y bueno, después de todo este rollo, tras miles de dimes y diretes, la reina decidió concederles el permiso, sin embargo, les quitó todos y cada uno de sus privilegios reales, incluso los Sussex van a tener que pagar por la remodelación de su hogar en Inglaterra, la cual es de más de dos millones de libras.

La decisión de los Sussex terminó en que tanto Harry y Meghan dejarán de tener el título de Su Alteza Real y no recibirán financiamiento público, se apartarán de los compromisos reales, incluidos actos militares, y dejarán de representar a la monarca.

Por si esto fuera poco, de acuerdo con la BBC, Harry perderá además el título de capitán general de los Reales Infantes de Marina que recibió de su abuelo, el príncipe Felipe, quien lo ostentó de 1953 a 2017, y dejará de ser comandante de honor de las Fuerzas Aéreas Reales. También renuncia a su papel como embajador de la juventud de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth).

Y algo que nos tenía confundidos: Harry y Meghan seguirán siendo los duques de Sussex, título que recibieron de parte de la reina el día de su boda, el 18 de mayo de 2018 y podrán tener sus patrocinios privados a organizaciones y proyectos sociales. Se dice además que Carlos de Inglaterra los ayudará financieramente (o sea, ¿no que querían ser independientes?). Lo único que falta por definir es cómo y quién financierá la seguridad privada de esta familia.